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Tendencias LA TERCERA: Seducidos por un robot

  • Foto del escritor: Lucio Gutierrez
    Lucio Gutierrez
  • 8 jul 2016
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 16 ago 2019

08/07/2016 | 02:30 AM


Red social para infieles Ashley Madison es investigada por crear perfiles de mujeres falsos con robots.

En 2001 se lanzó una red social de citas para personas que ya tenían una relación amorosa. Era Ashley Madison, con su lema “La vida es corta, ten un romance”, que rápidamente captó el interés de quienes buscaban una aventura con la máxima discreción. Hoy por cada cinco hombres inscritos en el portal, hay una mujer, reconoce la compañía.


Inscribirse no tiene costo. Pero una vez que se selecciona un perfil y se desea entablar una conversación con el usuario seleccionado se debe pagar. 


La plataforma está en 46 países, incluyendo Chile, y supera los 40 millones de inscritos. Pero junto a su fama creció el rumor de que algunos perfiles femeninos eran falsos, generados con programas denominados “fembots”. 


El rumor ganó más peso cuando en 2015 hackers descargaron datos privados como nombres, correos e incluso el historial de mensajes de los usuarios, revelando que muchos perfiles eran ficticios. Esto fue confirmado por el nuevo CEO y el nuevo presidente de Avid Life Media, compañía de la cual depende el sitio, Rob Segal y James Millership.


En un comunicado, la compañía  dice que una investigación realizada por Ernst & Young detectó el uso de robots en perfiles femeninos, práctica que se habría suspendido en 2014 en EE.UU. y en 2015 en el resto de los países.  “Mi opinión es que los robots se han generalizado en la industria, pero ya no se están usando, y no serán utilizados, en Avid Life Media y Ashley Madison”, dijo Millership. 


Hoy aseguran que los robots ya no están en uso y verificaron la autenticidad de todos los miembros femeninos. Pero eso no detuvo a la Comisión Federal de Comercio de los EE.UU (FTC, siglas en inglés), que este semana inició una investigación contra Ashley Madison por una supuesta aplicación de publicidad engañosa, ya que se garantiza a los usuarios que su información es segura, pero ha demostrado una gestión descuidada. 


La FTC ya investigó en 2014 a JDI Dating con sede en Inglaterra, otro sitio de citas que tenía perfiles falsos para persuadir a los usuarios para pagar.  “JDI usa perfiles falsos para hacer que la gente piense que estaban oyendo intereses de amor reales y engañarlos para actualizar a membrecías pagadas”, señaló Jessica Rich, director de la Oficina de Protección al Consumidor de la FTC tras la investigación. 


Creer en el engaño

Pese a que esos perfiles falsos contestaban con frases prediseñadas e inespecíficas, fueron muchos los engañados. Para Lucio Gutiérrez, psicoanalista y doctor en psicoterapia de la U. Católica entender qué ocurre en estos casos no dista mucho de lo vive un jugador de tragamonedas. “La incertidumbre, alimentada por el deseo, supera el juicio. El deseo fomenta la negación de los índices de la realidad social que apuntan a que se trata de un engaño. Al igual que con un jugador de casino, que puede ser racional en otros contextos, aquí se suspende el juicio con el fin de gozar”.


Eso explica que vea un perfil con una fotografía atractiva, pero con una pobre descripción personal, “pero hace caso omiso de esos indicadores o recibe una frase pre-hecha, y luego una segunda del mismo tinte, y pese a eso insiste en seguir enviando mensajes (pagando por ello)”. 

El atractivo es la e-infidelidad. Los hombres no necesariamente desean avanzar hasta una conducta de engaño. “Para muchos es tentar las posibilidades, de excitarse con la fantasía de que ocurra. Si el usuario no sabe bien si se trata de una mujer real o no, puede favorecer la desmentida respecto de lo que hace. ¿Es infidelidad o un juego virtual? Esto los sitios de e-dating lo saben muy bien”. 

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